AM (I AM) ((metafísica pura)) (entre paréntesis) ((dobles))

Confusión

Tengo un novio astigmático. Ve perfectamente y no usa lentes para mirar la televisión. Tengo un novio astigmático y a todos se lo cuento, porque estoy orgullosa, porque es un novio astigmático que no usa lentes para ver la televisión. Yo por el contrario, astigmática y con otras dolencias, uso lentes para el cine, para el teatro (y aunque me dé vergüenza decirlo), para la televisión. Soy astigmática por colores, formas y otras carencias. Soy astigmática en todo el sentido de la palabra, que es uno y es certero. Soy astigmática porque es una palabra grotesca y llena de gracia. Grosera. Soy astigmática sin un conflicto en la historia, en el texto libre. Soy el texto libre del astigmatismo.

Me da mucha pena decirlo, y aunque yo ya comenzaba a creerlo y a revivir nuestros recuerdos juntos (las vacaciones en Panamá, los almuerzos en Antioquía, la peleas de sobremesa), no tengo un novio astigmático. Fue, por el momento que duró, una licencia literaria de solidaridad, que se solidarizó con mi causa. Y ahora, más que por la mal llevada autocompasión, muero de tristeza, por mi pobre e inexistente novio astigmático, que solo fue licenciado por mi conmiseración. Pobre novio astigmático que no tiene una curvatura irregular en la superficie de la córnea y del cristalino. Pobre él, que sin su defecto de visión no es más que una consecución de palabras e invenciones de este blog.

Exquisito (o De los problemas de la otredad)

¿Esas son las chicas que siempre toman agua de su botellita brillante?

Como las noches terroríficas de Ámsterdam,

como si no importara nada de nada.

Solo los sapitos venenosos

Venenosos como los otros, que son como nosotros pero pican.

Como si tampoco les importara nada

Pero es por el hambre y el sudor,

sudor al que se pegan los insectos que distinguen el color.

Daltonismo selectivo, pero nunca lo creería, el solo ve amarillo.

Amarillo, amarillo brillante y desagradable para ojos sensibles,

cansados y casados.

Quiero que mi marido me compre una canchita de grass sintético.

Sintético, solo porque puedes ser, malísima, porque es divertido.

Sin fin, pero no es seguro.

Por eso espero a Atreyu.

Atreyu atraviesa el muro y decide que ha cumplido setenta años:

polisémicos, mentirosos, otros.

Otros que son como nosotros pero que son otros.

Otros, locos que no se dan cuenta como se mueve la ciudad, desencajada

Desencajada, la ciudad donde otra vez crece la muralla.

Y maripozones que escuchan música de nena y patean botellitas.

Botellitas que recogen a las calles, como las calles a las botellas,

sucias, pero realmente inmundas,

cansadas, igual, sin ganas de compañías lésbicas,

Lésbicas las sandalias, una al lado de la otra y otras veces en el río.

Río, río de fluvial y no de reír, payasita

Payasita con la nariz y la cartera de tormenta

y tiempo para acostumbrarse,

para extrañar, para ir al baño y leer un libro.

Libro cerrado que no sabe explicar qué pasa,

cuando los otros, no son como nosotros.

(Y debe ser morado astigmático)

demediacancha

Quiero que mi marido me compre una canchita de gras sintético. Evidentemente no es necesario que los contornos estén ya delineados. Sería un muy buen partido si además me comprara algunos sacos de harina o tiza aromatizada para poder dibujar cosas lindas en la cancha. Como por ejemplo 10 jugadores, a menos que realmente se tengan los diez hijos más uno. Los árbitros no serían bienvenidos a nuestro equipo y tampoco a nuestra familia. Mi marido los preferiría mariquitas a árbitros, estoy segura. Aunque creo que sí sería simpático adoptar al hombrecito que sale en youtube poniendo enfáticamente tarjetas rojas a todos los fouleros.
http://www.youtube.com/watch?v=86AJje3ElDc
Fairman.
Pero hablando en serio en serio, el Fairplay es aburrido, y qué mejor manera de educar sin poder ser acusado de violencia familiar que barriendo en la cancha

Impalas recorren mi estante


Es necesario tener siempre una excusa para el desorden. La mía es obvia y titular. Las impalas recorren mi estante. Lejos de la sabana africana, se han encargado de condenarme al caos de los papeles.

Yo odio los papeles, y es algo que debo poner de manifiesto, para que luego nadie me culpe de inconsecuencia. Odio los papeles y firmaría un documento con dicho testimonio, solo para dejar registro de ello, si no fuera que los documentos usan el papel como su soporte principal.


Las impalas, como los jóvenes esbeltos y afeminados, de florete en mano, cabalgan como peces geográficos sobre dunas de arena. Cabalgan sobre dunas de draibol. Cabalgan sobre las dunas que ellas mismas hacen con el papel que tumban (descuidadas) con sus patitas. Cabalgan convirtiendo mi cuarto en un desierto dunado de papel.

A mí me gusta pensar que son mucho más inteligentes que Jeff Koons, incluso que Andy Warhol. A mí me gustan muchas cosas, con excepción del papel.

Y aunque me gusta pensar que son las impalas las que desordenan mi cuarto, debo admitir que soy yo, la que en su papel de cazadora de plagas, deja el caos a su paso.

Después de todo, debo admitir que el papel no es tan malo, solo su desorden, cuando uno no sabe acomodarlo bien. Y las impalas, las pobres, están casi siempre en el jardín cumpliendo un castigo que no les toca.

Desmembrando el Membrillo

A nosotras nos gusta siempre tratar sobre asuntos simples.

Simples y terrenos.

Como los más exquisitos cadáveres, que son paridos por lapiceros, rojos y azules, en el tren local de Ámsterdam a Berlín.

Viajar en tren local de Ámsterdam a Berlín es lo mismo que viajar en un micro limeño, con la única diferencia, de que son experiencias diametralmente opuestas, (como comer mandarinas con pepas o sus análogas más puras).

Si viajas en primera clase te dan esos chocolates rellenos de maní, que le obstruyen imaginariamente la traquea a Dani. Dani tiene alergias imaginarias.

Imaginarias y terrenas.

Si por el contrario, no vas ni de Ámsterdam a Berlín, ni viceversa, y vas a Chincha, al Carmen, a Guayabo, todo se convierte en algo diferente. La experiencia se torna virginal, como una playa llena de pañales y condones reciclables.

Reciclables y terrenos.

Y es mucho más divertido si vas con ingenieros y actores, que cuentan mentiras de una forma bastante convincente, lo que es una de las mejores formas de decir la verdad. Yo no creo nada que no me convenza, así sea simple y terreno, como los posts de este blog.

Supongo que si no hubiera sido de noche y el daltonismo selectivo no hubiera puesto de su parte, aún podría recordar el color de la Tutuma. Me dijeron, y de forma convincente, que era vino joven y kola inglesa. Pésima combinación. Pero aceptada en la estética posmoderna.

Simple y terrena.


Lo único que no ha pasado hasta ahora, es el desmembramiento del membrillo, que a saber, por sus pocos miembros, es una actividad simple y terrena. Una vez que se ha tomado la decisión, el membrillo procede a ser desmembrado. Su pulpa es un ingrediente esencial para muchos platillos, lo que sin embargo no discutiré en esta entrada, pues no es tema de este blog, nada de tamaña envergadura.

Hazardous Material / Aviones Cubanos


6 de octubre de 1976, cualquier día, cualquier fecha, la misma hora que ayer o mañana. En Cuba todos los días son así. Hay que vivir fuera de ella - porque es ella - si uno quiere tomar consciencia del paso del tiempo, de los calendarios, cuyos días y años avanzan, y que no se van reciclando década tras década. Imagínense, se tacha el lunes y se pone martes, se tacha martes y se pone miércoles, se pone jueves y se tacha el miércoles, y así se sigue una lógica sucesiva, sin alterar el logaritmo. El año siguiente, se tacha el miércoles que estaba sobre el martes previamente tachado, y se tacha el jueves que remplazó al miércoles de un año anterior. Es un arte elíptico. El problema ocurre cuando llega el año bisiesto, nadie sabe si se debe dar un paso para delante o un saltopatrás, como en las elaboradas reglas de mestizaje impuestas por los criollos durante los años de la Colonia.

6 de octubre de 1976, en Cuba, un día como cualquier otro, un día exactamente igual al anterior. Un avión cubano, un DC-8 (Douglas Commercial, de fabricación americana), se dirige de Caracas a Trinidad y Tobago. La aerolínea, Cubana de Aviación. Peso máximo en la hora del despegue, 143 toneladas. Pasajeros, el equipo cubano de esgrima, veinticuatro de ellos, al menos. Grandes estrategas, jóvenes esbeltos y afeminados, pensando a quién rozarán con la punta de su florete. De vuelta a casa con todas las medallas de oro del Campeonato Sudamericano y del Caribe. Además, once guyaneses, camino a la facultad de medicina, cinco coreanos perdidos, vistiendo los mismos trajes apretados y el florete; y otros varios tripulantes de Cubana de Aviación.

Una hora del día se pierde entre trópicos y meridianos. El avión, con su fabricación americana y todo, estalla brillante en el cielo. La explosión de un cuerpo celeste, miles de millones de años atrás. 6 de octubre de 1976, y todos mueren. 1130 hora Zulú. Tiempo Universal Coordinado, casi una broma metafísica. Pero no es nada más que un tecnicismo. Seguramente, lo que, señores pasajeros, hubiera dicho el piloto en el momento de su aterrizaje. Hora local, y no sé cuántos grados, bienvenidos al aeropuerto José Martí.

Pero lo más curioso es que antes, nadie se detuvo a pensar que los aviones cubanos, nunca llegan a ninguna parte. La inconsciencia de un tiempo que pasa sin registro. Nadie puede coordinar los calendarios. Las entradas. La salidas. Los paneles luminosos en el aeropuerto tienen un cero atravesado por una soberbia diagonal, que los divide como en dos medias lunas. Sobre estos, los números se tachan y se vuelven a ordenar. Lunes, martes, miércoles, y así toda la semana, y así todos los meses, y así todos los años. Un avión, que igual nadie esperaba.

Otra vez es martes o miércoles, o un día parecido al anterior. En Cuba de repente es otra vez 6 de octubre de 1976. Los mismos muchachitos debiluchos y estirados se sientan unos junto a otros, con las piernas cruzadas, sobre el cojín, que en caso de emergencia, sirve de flotador. A su lado, los coreanos, con sus relojes y sus calendarios pulcrísimos. Nadie los entiende, y nadie entiende el temor en sus caras. Es cualquier hora, y otra vez, la estocada final.

Touché.

El baile de los jabalíes castos

Las trufitas son alérgicas a cualquier condimento que venga de Tenerife.
Tampoco pueden escuchar canciones que pongan en Grey´s Anatomy, a no ser que las pasen mientras alguien se esté muriendo y haya más de 1 familiar presente y o 2 amigos.
Sin embargo son muy entusiastas cuando de Navidad se trata, les encanta el pavo navideño y no importa que les metan cosas por el culo.
Las trufitas son negras y blancas y cuando huelen colorantes alcanzan casi una tonalidad primaria.

Las trufitas mueren en diminutivo y no saben en qué momento pasan de la infancia a la adolescencia. No menstrúan ni pueden eyacular, sin embargo, creen en el amor platónico e idolatran a los arqueros que meten goles de arco a arco.

Y entonces Nico dijo: (
Protesto)Yo soy un ser virginal, aunque tenga conjuntivitis y no crea en dios.

Las trufitas son alérgicas a las plagas,

a los antibióticos
y a los sonámbulos.
Creen que el impétigo es un plato que se usa entre postre y postre.
Saben que al primer amor nunca se le perdona en estado de ebriedad.
Los gritos celtas, profanación.

Los bailes árabes, profanación.
El compromiso, profanación.
La poligamia, compromiso.
La poligamia, profanación.
La promiscuidad, sincretismo.
Podrían rodar para siempre, pero como no tienen noción del tiempo prefieren no hacer nada que se asemeje a la forma de un reloj.


Todas duermen encima de un monóculo. Todas duermen.

A mi me encantan los monóculos pero odio a las trufitas, por eso he decidido ver Greys solo cuando realmente quiera dormir sin tenerle miedo a la muerte.

Uñas con manchas blancas

Seguramente todos nos hemos preguntado qué son esas manchitas blancas que salen en nuestras uñas. Las hipótesis apuntan, en su mayoría, a consecuencias negativas. En realidad, solo una, que escuché cuando era chica, me hacía esperar con ilusión a que las rayitas blancas llegaran al borde de la uña. Pocas veces vemos cuándo aparecen y cuándo se van. Pero a mí me dijeron que cuando esas rayitas aparecen es porque uno va a recibir un regalo, justo el día en que la rayita llegue al final de la uña (la parte que se corta). La verdad es que nunca me regalaron nada. También escuché por ahí que las manchitas salen cuando tu papá está con otra mujer. Y a veces también cuando mientes. Así que por si acaso hay que mentir con las manos bien escondidas.
.....
Pero de todas estas hipótesis absurdas, la más verosímil, y la que yo considero real, (y que lamentablemente no recuerdo dónde escuché) es que esas manchitas salen cada vez que en el mundo, en zonas árticas y antárticas, a un oso polar se le rompe el pene en un prolongados acto sexual.
.....
Es algo así como un luto blanco.
....

como los Kinks...

... I've got nothing to say


¡Aguante Sirenita!


Recomendación del día: nada de helados dietéticos de santa natura

Sapito Tropical

Hoy es el sapito tropical





Estoy tan cansada




[de hecho color sapito tropical]

Sea un granjero chino

Si quiere ser un granjero chino...

Necesita el siguiente requisito:

- Debe conocer a 9 personas y estar segura/o ( cien por cierto ) de que ninguna de esas personas sea un granjero chino. Si, en efecto, ninguna de esas personas es un granjero chino, usted se convierte necesaria e inevitablemente en un granjero chino (no hay vuelta atrás). Así que si no está segura/o de querer ser un granjero chino no investigue si conoce a 9 personas que no lo son.

Mensaje del día: Una de cada diez personas es un granjero chino.


Assiri, también puedes ser un granjero chino (pero no me cuentes dentro de tus 9 personas)


[rojo color de sombrero de granjero chino]